El Trastorno de Dermatilomanía es un Problema Serio

“Comienza con una manipulación recurrente de la piel, con una consecuente lesión cutánea en repetidas ocasiones”

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Para muchas personas es común rascar o pellizcar alguna parte del cuerpo, principalmente la cara por el acné, desprender piel de la parte de los labios o quitar la cutícula. Al respecto de este tipo de acciones que hacemos al cuerpo, para muchas personas puede representar una necesidad o urgencia de tocar, pellizcar, frotar o rascar propiamente la piel de manera repetida hasta generar una lesión por lo que es considerado como un trastorno por escoriación o también conocido como dermatilomanía.

En algunos de los casos se realizan la lesión de manera automática, es decir, no están consiente, pero existen aquellas personas que saben lo que se están ocasionando. Este tipo de trastorno puede provocar alteraciones graves en la piel, principalmente daño en los tejidos afectados, con la aparición de pústulas e infecciones, hasta grado de dejar marcas.

Se trata de un trastorno que de manera progresiva va adquiriendo mayor importancia a nivel clínico y de investigación, y actualmente se encuentra clasificado dentro de los trastornos de espectro obsesivo–compulsivo. Y es provocado por las sensaciones de ansiedad y de tensión emocional que desencadenan los episodios de dermatilomanía.

Para un correcto abordaje es necesario un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud mental así como dermatólogos. Ellos serán los encargados de revisar la gravedad de las lesiones que es más común observar en: cara, cabeza, cutícula, espalda, brazos, piernas, manos, pies o torso del tórax. Para posteriormente establecer el tratamiento dermatológico permanente así como cubrir el área psicoemocional junto con las terapias farmacológicas y no farmacológicas.

No obstante es necesario diferenciar el trastorno de dermatilomanía con otros que suelen contar con el principal síntoma característico como es el caso de un delirio de parasitosis, dermatitis artefacto o el trastorno dismórfico corporal. También es muy común que las personas que padecen este trastorno no lo atiendan porque es un comportamiento muy recurrente durante la adolescencia, aunque puede darse a cualquier edad, además también suelen sentir culpa o vergüenza.