El embarazo de niñas y adolescentes es una causa importante en las repercusiones de calidad de vida, salud y futuro de este sector de la población. Nuestro país durante los últimos años ha ocupado el primer lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).
Durante el 2015 las mujeres en edad reproductiva, representaban más de la mitad de las mujeres, con un 53.6% y se encontraban en edad reproductiva. Por lo tanto la tasa global de fecundidad representa la estimación del número de hijos promedio que tendría una mujer durante su vida reproductiva entre los 15 y 49 años de edad.
En la historia de México en los años sesenta el valor máximo era de 7 hijos promedio por mujer. Y durante 1970 a 1990 se observa una reducción de tres hijos por mujer, mientras que de 1990 a 2015 al nivel de reemplazo generacional es de 2.2 hijos por mujer.
Gracias a las políticas de planificación familiar que se implementaron en esos años se logró el descenso muy importante de la fecundidad global. De acuerdo a lo que expreso la Dra. Raffaela Schiavon Ermani médico por la Universidad de Padua, Italia y basada en las estimaciones de Conapo del 2018 la menor tasa de fecundidad en México se encontraba en la Ciudad de México que tiene en promedio 1.49 hijos por cada mujer y sin embargo las entidades como Chiapas, Coahuila y Zacatecas tienen de 2.75 a 2.41 o más.
Ante esta situación uno de los preocupantes de estas estadísticas es la fecundidad muy temprana, es decir se está observando en adolescentes menores de 15 años entre 2013 y 2016 esta tasa no solo se ha estancado, sino que también no ha disminuido y ha aumentado ligeramente en especial en este grupo de edad de 12 a 14 años que ha subido de 3.2 nacimientos por mil adolescentes.
Teniendo en consideración esta situación, cada 26 de septiembre tiene como objetivo concientizar e informar a la población en general sobre el Día de la Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes. Esto puede lograrse con el uso y aumento de la cobertura anticonceptiva con métodos modernos además de hacer entender que el embarazo adolescente está asociado a mayores riesgos de:
- Ausencia de atención prenatal
- Más complicaciones paternas
- Embarazos pretérmino y bajo peso
- Mayor morbilidad en el primer año de vida neonato y en términos general tiene con resultados un embarazo más pobre cuando más joven es la adolescente.
Es el resultado de un problema de salud por ser un embarazo de alto riesgo biomédico y psico-social, con alto riesgo de morbilidad y complicaciones en la madre y en el producto. Anexándole que también tiene consecuencias emocionales y mental de las adolescentes a corto, mediano y largo plazo.
Las medidas que se deben implementar es informar de manera verídica a los niños y jóvenes, para que desarrollen habilidades, actitudes y valores que les permitan desarrollar una visión positiva de la sexualidad en el marco de su desarrollo emocional y social. En cuanto al profesional de salud, debe asegurar la calidad, técnica y humana de los servicios.
Asimismo se debe capacitar y sensibilizar a los profesionales de salud, como remover las barreras de acceso y generar espacios de atención amigable. Ante esto el Dr. Said Plascencia médico cirujano y partero por el Instituto Politécnico Nacional mencionó que algo muy importante es asegurar la disponibilidad y acceso a los más amplios métodos anticonceptivos:
- Condón
- Métodos hormonales
- Métodos reversibles de larga duración (LARCs)
- Incluidos métodos de emergencia
Los clínicos deben incorporar en su práctica habitual el uso de los criterios de elegibilidad para el uso de anticonceptivos, y así podrán brindar consultas adaptadas a las características del usuario y su condición de salud.
