Es Importante Atender más la Demanda de Utilización de Videojuegos, por los Efectos que Provocan en la Salud

La adicción a los videojuegos interfiere con la rutina diaria de la persona y afecta el bienestar mental y físico.

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A finales del 2017 la Organización Mundial para la Salud (OMS) reconoció la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental, indicando que la incluirá en la onceava edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades, entrando en vigor a partir del primero de enero del año 2022. Por su parte la Asociación Americana de Psiquiatría en su manual de diagnóstico, no lo considera como un trastorno oficial, sin embargo recomienda estudiar más este fenómeno.

Para la OMS los síntomas incluyen una alteración de la capacidad de controlar el juego, la prevalencia del juego sobre otros intereses y actividades hasta el punto que deriva en malestar o funcionamiento alterado, y un comportamiento lúdico continuo pese a consecuencias negativas.

Estos comportamientos tienden a observarse más en niños y adolescente debido a que son los principales consumidores de estos productos y dedican un periodo de tiempo muy largo, resultando difícil para quienes tiene la adicción a los videojuegos reducir la cantidad de tiempo que invierten en ellos.

Así cuando se les confronta acerca del tiempo perdido en el juego, las personas en esa situación no suelen admitir que necesitan reducirlo y mucho menos insisten en que su comportamiento es normal. Debe tenerse en cuenta que esta adicción repercute significativamente a la salud física, por la naturaleza sedentaria de la mayoría de los juegos de video.

Las personas que padecen esto tienden hacer poca actividad física, la cual conlleva el riesgo de aumentar el índice de masa corporal. El resultado de dicho aumento puede ser obesidad, presión arterial alta, problemas hepáticos y diabetes tipo II.

Las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría respecto a las pantallas digitales, mencionan que los menores de 18 o 24 meses no deben usar medios de comunicación social, a menos que sea para videoconferencias. En los niños de 2 a 5 años, se debe limitar el tiempo frente a una pantalla no más de una hora diaria y de algún programa de buena calidad; a medida que el niño crece usted tendrá que decir cuántos medios de comunicación social permite que el niño use a diario, así como los tipos adecuados.

Los indicados para tratar este tipo de problema son especialistas en salud mental, ya que ellos evaluaran la situación, para poder dar una guía de cómo atender este problema. Si piensa que el comportamiento del niño no llega al nivel de una adicción a los videojuegos, pero considera que le beneficiaria disminuir el tiempo que pasa frente a una pantalla, intente alternativas que no involucren aparatos electrónicos y más activación física.