El aumento de esperanza de vida representa diversos significados sociales.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021), por primera vez en la historia se puede llegar a vivir más de 60 años; en México, se ha evidenciado una transición acelerada de una población joven a una más longeva, el Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2021), menciona que la cantidad de adultos mayores pasó de 9.1% en 2010 a 12.0% en 2020, cuestión que manifiesta un creciente proceso de envejecimiento, al respecto la ciudad de México es considerada la entidad con población más envejecida del país.
El aumento de esperanza de vida representa diversos significados sociales, porque constituye una oportunidad para las personas mayores y familiares para realizar nuevas actividades, profesiones, aficiones y fortalecer lazos sociales, sin embargo, esto depende de la salud del adulto mayor, convirtiéndose en un reto poblacional, dado que, su papel dentro de la sociedad se ha visto deteriorado. La vejez siempre ha sido concebida desde el modelo tradicional como un proceso de declive e involución, generando estereotipos negativos y actitudes discriminatorias hacia las personas mayores esto ha repercutido en varios ámbitos de su vida, no solamente en lo físico, también en su economía, participación social y sus mismos derechos humanos.
La preocupación ante esta nueva realidad, ha hecho del envejecimiento un objeto central de estudio a nivel mundial, cuya finalidad es encontrar vías para revertir los efectos negativos derivados del envejecimiento de la población, así como atender a los retos que plantea, como pueden ser la promoción de la salud del conjunto de la población, mejorar la funcionalidad de las personas mayores, alcanzar una mayor longevidad con la mayor salud posible y reducir los costos sanitarios y sociales derivados. Las nuevas características físicas y psíquicas de las personas que alcanzan esta etapa, así como su mejor estado de salud, han favorecido la adopción de otra mirada que entiende al envejecimiento en términos de desarrollo y evolución como un proceso positivo donde se intenta reducir la prevalencia de patologías y fomentar la participación social y familiar.
A través de esta nueva visión se promueve el Envejecimiento Activo, donde se hacen efectivos los derechos de las personas mayores, a la vez que se cubren sus necesidades, facilitando su participación en la comunidad. La OMS define al envejecimiento activo como: “el proceso en que se optimizan las oportunidades de salud, participación y seguridad para mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen”, para ello, deben existir 4 componentes: Salud, Participación, Seguridad y Aprendizaje a lo largo de la vida.
Para desarrollar este concepto de envejecimiento activo y saludable se necesita una actuación multidisciplinar e interdisciplinar. La enfermería, como disciplinaresponsable del cuidado de la salud de las personas, debe tener sin duda un rol fundamental en el desarrollo de las estrategias encaminadas a fomentar este concepto. Por ejemplo el profesional de enfermería tiene un papel clave como educador de la población mayor, fomentando la adopción de comportamientos saludables en distintas áreas: actividad física, alimentación, salud mental, ocio y relaciones sociales, así como en el control de la medicación y la vacunación, asimismo en la coordinación de recursos sociosanitarios, la enfermera(o) puede intervenir tanto en el ámbito de la atención comunitaria, principalmente a través de la visita domiciliaria, como en los centros para adultos mayores.
El éxito de los programas de envejecimiento activo requiere que los profesionales de enfermería adopten una perspectiva del ciclo vital completo y tengan en cuenta la gran diversidad de la población mayor para impulsar la creación de nuevos cuidados más acordes con sus necesidades y demandas.
- Enfermera Flor Beatriz Sarmiento Luna
Estudió Cuidado de Heridas y Accesos Vasculares
en UPAEP Posgrados
Consultorio de Enfermería -Wound Care-
