El 5 de septiembre es el día mundial del mieloma múltiple, con el objetivo de informar y generar conciencia sobre este tipo de cáncer. El motivo es porque su diagnóstico temprano es difícil, solo causa síntomas cuando llega a una etapa avanzada y la manifestación de estos signos imprecisos, pueden parecerse a otras enfermedades: gripe, fracturas, anemia, estreñimiento, etc.; la características de los síntomas suele pasar desapercibidos para los médicos de atención primaria.
Se ha descubierto que el mieloma múltiple es una enfermedad que ha afectado a la humanidad desde épocas antiguas. Según la literatura moderna los dos primeros pacientes fueron descritos por el Dr. Samuel Solly, quien le asigno el nombre de “mollities ossium”. Mientras que el Dr. Henry Bence Jones estudió especímenes de orina proporcionados por los Dres. MacIntyre y Watson y describió las llamadas proteínas de Bence Jones. Para 1873 se utilizó por primera vez el término mieloma múltiple por Rustizky, quien describió otro paciente para resaltar las variadas lesiones óseas que estaban presentes.
A pesar de que el mieloma múltiple fue descrito por primera vez en 1844-1845, el tratamiento exitoso que combina melfalán y prednisona comenzó a administrarse a finales del decenio de 1960, haciendo que la vida de la persona que padece esta enfermedad se alargara unos años más. Pero fue hasta finales de la década de 1990 donde se inició una nueva era de tratamiento del mieloma múltiple, aunque para estas fechas el mieloma múltiple seguía siendo incurable.
En la actualidad las investigaciones importantes se siguen realizando en todo el mundo sobre el mieloma múltiple; en hospitales universitarios, centros médicos y otras instituciones. Cada año, los científicos averiguan más acerca de lo que produce la enfermedad y las formas de mejorar los tratamientos, donde se están probando muchos medicamentos nuevos.
Por ejemplo según un informe del 2016 en hospitales que pertenecen al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) es una enfermedad que es posible diagnosticar, porque con la formación de más y nuevos hematólogos que están distribuidos en sus diferentes entidades del país, la captación y atención de estos pacientes son cada vez menos tardías y más eficientes.
Referencias:
http://www.revbiomed.uady.mx/pdf/rb061738.pdf
http://www.medigraphic.com/pdfs/hematologia/re-2015/re154i.pdf
